A un año del inicio de la pandemia provocada por el COVID-19, existen situaciones muy diferentes en cuanto a la realidad económica de las familias españolas. Muchas de ellas han vivido un año en el que el paro y la falta de ingresos ha sido la consecuencia más palpable, con costos que no dejan de subir por una inflación creciente.

No obstante, para muchos emprendedores y trabajadores en relación de dependencia, la suerte ha sido diversa. Quienes han logrado mantener su empleo o conseguir algún ingreso extra durante la emergencia buscan ahora potenciar sus finanzas con inversiones y compra de bonos. La llegada del verano incentiva aún más esta idea, porque una buena elección puede contribuir a costear las tan esperadas vacaciones.

En la situación actual de los mercados, las inversiones de renta variable como las acciones de compañías que cotizan en bolsa son buenas alternativas. Se parte de rendimientos anormalmente bajos, provocados por los cierres y paradas de producción de numerosas empresas durante el año pasado. Es de esperar que los buenos resultados de los balances de fines de este año contribuyan a dar un salto a los mercados, especialmente los europeos y el de los Estados Unidos.

El oro es siempre una forma confiable de preservar el valor de los ahorros, dada su gran estabilidad y mantener un precio que se incrementa lenta pero sostenidamente en los principales centros de comercio mundial. En este mismo sentido, los bonos del Tesoro Americano, es decir, papeles de deuda del gobierno de los Estados Unidos, suelen ser la manera tradicional de mantener la capacidad de compra del dinero sin someterse a grandes riesgos.

Para los inversores más arriesgados, la alternativa de moda en estos tiempos es la compra de criptomonedas. Todas ellas, desde el Bitcoin hasta la «moneda meme», el Dogecoin, han experimentado fuertes alzas durante los últimos 12 meses, producto de un mayor interés de la población en general y de las grandes empresas de adoptarlas como reserva de valor. Sin embargo, se trata de instrumentos muy afectados por todo tipo de movimientos en la economía e incluso muchos inversores han sufrido estafas que resultaron en la pérdida total de los ahorros de toda una vida.